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452 DWI _THOM4S A VILLANOVA
razén que nos dé su “favor, para obrar lo que leyéremos atenta y devotamente
ramiando lo que leyéremos, y platicdndolo con alguna persona devota, y su-
plicar lo mismo al fin de la leccién. Y lefdo el capitulo, 6 ringlones que qui-
‘ siéremos, hacer en ello grande hincapié, poniendo por obra lo que en la
lecoidn se nos dice; y 4 la una de la tarde 6 sl mediodfa, otra vez, y & la
noche otra. Y tras la leccién sera buena la meditacién profunda, pensando {nti-
‘ mamente en lo interior del anima las mercedes recebidas de Dios: 4 la ma-
fiana, y al mediodfa, de los males y dafios de que nos ha librado; y 4 la
noche, lo mucho que nos ha de dar. Los recebidos son en tres maneras:
naturales, y temporales, y gratuitos (1) (en los primeros nos da Dios nuestra
vida natural; en Ios segundos esta abundancia temporal; en los terceros
su vida divina con su temporal muerte), que se contienen en los beneficios de
la creacién, y conservacién, y regeneraciéa, Y es de saber quo los bienes 6
dones gratuitos que de Dios recebimos, son en dos maneras: la primera es
redimiéndonos con su muerte y pasién; la segunda es justificindonos y hacién—
donos, por su gracia, de siervos y esclavos del demonio, hijos de Dios por
gracia, y admitiéndonos & la hereacia y libertad de la gloria, y haciéndonos
" semejantes & El por su gracia, anef como se hizo El semajante 4 nosotros,
tomando nuestra naturaleza, para comunicarnos visible y familiarmente como
hermano,
Al mediodfa se medite la libertad que de su mano hemos recebido, ansf
del mal de culpa (an que por nuestros pecados hemos cafdo 6 incurrido), como
de la pena y tormentos que por ellos mereciamos; y 4 la tarde, de la glori-
ficacién, que es de los blenes que El nos tiene prometidos, los cuales serdn
(segtin | gan Anselmo): para el cuerpo siete, y otros siete para el anime:
Los del cuerpo son hermosura, ligereza, libertad y fortaleza, deleites, eter:
nidad, (2) sanidad. Los del Anima son: sabiduria, amistad, concordia, poderfo,
(1) Léase S, Bernardo serm. 16 de Divers,
(2) En el texto de la «Revista Agustinianas s¢ lee sudtilidad en vez de sanidad, pero equivocada-
mente; porque, siguiendo nuestro Santo 4 san Anselmo (m4s bien al monje Eadmero de Cantorberi, {que
compuso su libro de Ia ¢Bienaventuranza de la patria celestial» con dichas y sentenclas de S, Anselmo)!
1, de la ¢Blenaventuranza de Ja pateia celestial» en el Prélogo y en todo el cap. 5; y en el libro de
las ‘«Semejanzas», cap. 48 (es también obra del mismo Monje), con el que plenamente concuerda Guigéa
cartujano en Ja «Carta ad fratres de Monte-Dei, (obras de san Bernardo, vol, 3, ed. de Mabillén) 1. 3,
c, 2, y no halld4ndose enumerada entre las dotes del cuerpo glorioso la széi/esa, siné la sanidad, por
dichos Autores, claro est’ que hay una equivocacién. M4s aun, Santo Tomés in 4.um dist. 49, q. 4) # 5»
. q. Ul, se hace la signiente objeci6n: «Parece un inconveniente enumerar cuatro dotes del cuerpo, & saber,
sutilesa, agililidad, claridad é impasibilidad, pues que S, Anseimo parece qte enumera siete, diciendo
que lag bienaventuranzas del cuerpo serin siete, es decir: Aermosura, ligereza, fortalesa, libertad, sanidad,
deleites, eternidad.» Y 1a resuelve diciendo; ¢Las siete cosas enumeradas por S, Anselmo se Incluyea en
estas cuatro: la hermosura se encierra en Ia claridad; Ia lgeresa, libertad y fortaleza en Ia agilidad, 1a
sanided y eternidad en la impasibilidad; y los de‘eites pueden reducirse 4 Ia sutileza, ya que en el mera
hecho de estar perfectamente informado el cuerpo por el alma, est& dispuesto para los deleites, » "No hay,
pues; lugar 4 dudar de la equivocacién ya indicada. .